salud

jueves, 17 de mayo de 2012

Algunos deportes pueden ayudar a proteger los huesos de los hombres


 

Un estudio sugiere que el baloncesto, el voleibol y el fútbol ayudaron a hombres jóvenes a evitar la pérdida de densidad

Robert Preidt
Traducido del inglés: martes, 15 de mayo, 2012 
LUNES, 14 de mayo (HealthDay News) -- Según un nuevo estudio, los hombres jóvenes que juegan deportes de carga como el baloncesto y el voleibol tienen un menor riesgo de osteoporosis posteriormente en la vida.  





Los investigadores midieron la masa ósea de más de 800 hombres de 18 a 20 años y recopilaron información sobre sus hábitos de ejercicio. Cinco años más tarde, los hombres se sometieron de nuevo a gammagrafías óseas e informaron sobre sus niveles de actividad física.
Los hombres que realizaron una gran cantidad de actividades de carga al inicio del estudio y los que aumentaron sus cantidades de ejercicio durante los cinco años tenían una mejor oportunidad de formación ósea que aquellos que no eran tan activos.
Los investigadores encontraron que los hombres que jugaban deportes de carga cuatro horas a la semana o más experimentaron un incremento medio de 1.3 por ciento en la densidad ósea de la cadera. Los hombres que permanecieron sedentarios durante los cinco años experimentaron una reducción promedia en la densidad ósea de la cadera de 2.1 por ciento.
Los huesos finos de la cadera son más propensos a romperse más tarde en la vida, y las fracturas de cadera en los hombres pueden conducir a una discapacidad grave y complicaciones, señalaron los autores del estudio, que se publicó en la edición de mayo de Journal of Bone and Mineral Research.
"Los hombres que aumentaron su actividad de carga de los 19 a los 24 años no sólo desarrollaron más hueso, sino que también tenían huesos más grandes en comparación con los hombres que fueron sedentarios durante el mismo período", señaló en un comunicado de prensa de la revista el autor principal del estudio Dr. Mattias Lorentzon de la Universidad de Gothenburg en Suecia.
Se cree que los huesos más grandes con más masa ayudan a proteger contra la osteoporosis, una enfermedad en la cual los huesos se vuelven porosos y débiles con el tiempo y empiezan a fracturarse a partir de los 50 años de edad o más tarde.
"La osteoporosis en realidad parece comenzar a los 25 años cuando los huesos empiezan a perder el tejido", apuntó Lorentzon. "Por tanto, este estudio envía un mensaje importante a los hombres jóvenes. Entre más se muevan, más hueso se formará".
Lorentzon y sus colegas encontraron que las mejores actividades para la formación de masa ósea eran el baloncesto, el voleibol, el fútbol y el tenis. Los saltos y las rápidas salidas y paradas que requieren estos deportes aumentan la carga sobre los huesos del cuerpo, lo que favorece la formación de nuevo tejido óseo.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare FUENTE: Journal of Bone and Mineral Research, news release, May 4, 2012
HealthDay

miércoles, 16 de mayo de 2012

Productos para nuestras articulaciones

 La función del cartílago es cubrir y acomodar las terminaciones y superficies óseas en las articulaciones, amortiguar los impactos que producen la marcha y/o saltos, prevenir el desgaste por rozamiento y permitir el movimiento de la articulación. El cartílago está formado por células (condrocitos y condroblastos), fibras de colágeno y matriz extracelular formada a su vez por  proteoglicanos (compuesta por mucopolisacáridos, principalmente ácido hialurónico,  unidos a proteínas) y glicosaminoglicanos (tienen propiedades elásticas y nutren y lubrican al cartílago).






El líquido sinovial es una sustancia viscosa rica en ácido hialurónico, encargada de lubricar y amortiguar la articulación durante el movimiento.
Las recomendaciones generales para el buen mantenimiento de las articulaciones son:
  • Mantener un peso adecuado, ya que un sobrepeso supondrá una carga extra sobre las articulaciones y un bajo peso puede ocasionar pérdida y lesión muscular.
  • Asegurando un  aporte suficiente de líquidos, para mantener la articulación bien hidratada.
  • Asegurar un aporte suficiente de proteínas de alto valor biológico.
  • Aporte adecuado de las siguientes vitaminas y minerales: la vitamina C, interviene en la formación y síntesis de colágeno, cartílago y matriz ósea. Además es necesaria para reforzar todas aquellas estructuras que contengan tejido conjuntivo, como tendones, ligamentos, músculos, paredes vasculares, etc. La vitamina A es necesaria para la síntesis de mucopolísacáridos del tejido conjuntivo como el sulfato de condroitina. La vitamina D promueve la absorción intestinal de calcio y fósforo. También ayuda a liberar el calcio envejecido de los huesos, promoviendo así la normal calcificación ósea. Entre los minerales importantes para la articulación están el calcio y el fósforo, necesarios para asegurar una buena estructura ósea, el magnesio, actuando como catalizador en la fijación del calcio y el flúor a nivel óseo. En oligoterapia se utilizan el manganeso-cobalto, pues están relacionados con la acción de enzimas que intervienen en la biosíntesis de mucopolisacáridos, glicoproteínas y liposacáridos, presentes en el cartílago y el hueso.
  • Los alimentos ricos en mucopolisacáridos como las manitas de cerdo, los callos, la lengua de buey, el codillo de cerdo, etc, en principio serían adecuados para fortalecer y recuperar las articulaciones, pero a menudo van acompañados de otras sustancias no deseables, como es un exceso de grasa y colesterol, por lo que la mejor alternativa es recurrir a los suplementos que los contienen.
Son muchos los compuestos que se utilizan para mejorar el estado de las articulaciones, hoy vamos a hablar de dos:
  • Sulfato de glucosamina: es un aminosacárido, que actúa como integrante en la síntesis de componentes cartilaginosos (proteoglicanos y glucosaminoglicanos de los que hemos hablado anteriormente) que cubren las superficies óseas de todas las articulaciones y del líquido sinovial. Posee además acción antiinflamatoria, disminuyendo de forma lenta y progresiva el dolor, de manera que ofrece una mejora a largo plazo, no como analgésico directo. Por todo esto se utiliza en casos de desgaste articular ya que contribuye a la regeneración del cartílago y del líquido sinovial, a la vez que disminuye la inflamación de la articulación.




  • Sulfato de condroitina: es un glucosaminoglicano que habitualmente se encuentra unido a proteínas formando proteoglicanos. Es el componente mayoritario del cartílago. Tiene gran capacidad para retener agua, lo que le da al cartílago su característica de resistencia a la compresión. Aporta lubricación a las articulaciones, también les confiere amortiguación, de forma que se reparte la presión entre huesos y se evitan posibles lesiones. Contribuye a la movilidad y flexibilidad del cartílago, y presenta un efecto sinérgico con la glucosamina para restaurar las lesiones dañadas. En las lesiones actúa favoreciendo la síntesis de proteoglicanos, ácido hialurónico y colágeno, disminuyendo la actividad catabólica (destructiva) de los condrocitos (células que forman el cartílago) y disminuyendo la formación de sustancias que dañan el cartílago. Además posee actividad antiinflamatoria. Se extrae habitualmente de cartílago bovino, porcino o marino.






martes, 15 de mayo de 2012


Desarrollada con éxito la primera terapia para alargar la vida

Ha sido probada en ratones adultos de uno y dos años y ha tenido un efecto "rejuvenecedor" sobre ellos.

 

 

Madrid. (Efe).- Especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en colaboración con investigadores catalanes, han desarrollado un tratamiento que actúa sobre los genes y que, aplicado en animales adultos, una única vez, consigue de manera segura alargar la vida media de los individuos.
Diversos estudios han demostrado que actuando sobre distintos genes es posible alargar la vida media de organismos de numerosas especies, incluidos mamíferos.
Hasta ahora, este tipo de investigaciones obligaba a modificar permanentemente los genes de los animales desde la fase embrionaria, algo que no se plantea en humanos. Sin embargo, la terapia génica desarrollada por el CNIO para combatir el envejecimiento ha sido probada en ratones adultos de uno y dos años, y tuvo un efecto "rejuvenecedor" sobre ellos.
El trabajo, publicado en EMBO Molecular Medicine, ha sido desarrollado por investigadores del CNIO en colaboración con Eduard Ayuso y Fátima Bosch, del Centro de Biotecnología Animal y Terapia Génica de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los ratones de un año vivieron, de media, un 24 por ciento más y los de dos años, un 13 por ciento más, pero además, la terapia mejoró sensiblemente su salud, retrasó la aparición de enfermedades asociadas a la edad, y mejoró algunos indicadores de envejecimiento, como la coordinación neuromuscular.
La terapia consiste en tratar al animal con un virus cuyo ADN ha sido modificado: sus genes virales han sido sustituidos por uno de los genes más importantes para el envejecimiento: el que codifica la enzima telomerasa.
Los telómeros son estructuras que durante un tiempo limitado protegen los extremos de los cromosomas: con cada división de la célula se acortan y reducen hasta que ya no pueden desempeñar su función, con lo que la célula deja de dividirse y envejece o muere. La telomerasa frena este efecto, reconstruye los telómeros y "resetea" el reloj biológico de la célula.
Por su parte, el virus con el ADN tratado e inoculado en el animal actúa como un vehículo (vector) que deposita el gen de la telomerasa en las células. "El envejecimiento hoy no se considera una enfermedad, pero cada vez más los investigadores tendemos a verlo como la causa común de enfermedades como la resistencia a la insulina o las cardiovasculares, cuya incidencia aumenta con la edad. Si tratáramos el envejecimiento de las células, prevendríamos estas enfermedades", explica la directora del CNIO, María Blasco.
Los investigadores del CNIO han visto que los ratones tratados con la nueva terapia tampoco tienen cáncer. Lo atribuyen a que la terapia se inicia cuando ya son adultos y por tanto no tienen tiempo de acumular el número de multiplicaciones aberrantes necesarias para que aparezcan los tumores.
Aunque a corto plazo la terapia ensayada no sea aplicada a humanos contra el envejecimiento, sí puede abrir una nueva vía al tratamiento de enfermedades relacionadas con la presencia en las células de telómeros anómalamente cortos.